El guión parecía estar escrito de antemano. Un Panamá sólido y solidario levantó un muro frente a Bélgica, y las individualidades belgas se toparon continuamente contra esa pared durante todo el primer periodo. Pese a todo, y aun mostrándose poco inspirados, los Diablos Rojos se procuraron las mejores ocasiones de gol, como en esa buena acción de Kevin De Bruyne que abortó Román Torres, capitán panameño (22’).
Romelu Lukaku, Eden Hazard, Dries Mertens y compañía regresaron al vestuario de vacío y frustrados… Pero claramente Mertens recobró la inspiración en el descanso. El jugador del Nápoles alegró a los hinchas belgas regalándoles una espléndida volea que describió una parábola por encima de Jaime Penedo (47’, 1-0).
Ese primer tanto liberó las mentes y los espacios, lo cual aprovechó Lukaku para firmar un doblete; primero de cabeza tras una soberbia asistencia a cargo de De Bruyne (69’, 2-0), y luego picando levemente el balón al contragolpe, tras recibir un pase en profundidad de Hazard (75’, 3-0). Bélgica puede respirar: su Mundial ha arrancado bien. En cuanto a Panamá, deberá mostrar otra cara contra Inglaterra y Túnez.